Salario emocional: la clave para una mayor productividad y retención del talento
El salario, el dinero que se recibe de forma periódica por realizar un trabajo, hace tiempo que dejó de ser lo único en lo que se fijan los trabajadores a la hora de mantener o cambiar de empleo. El salario emocional, un concepto que hace referencia a lo realmente importante en un trabajo, es lo que todos persiguen.
El dinero es importante, sigue siéndolo. De hecho, percibir un salario es una condición imprescindible para realizar un trabajo. Pero ya no es decisivo para retener el mejor talento. No es determinante para que una persona acepte un nuevo empleo, continúe en el mismo o se sienta realizada en el puesto.
Es aquí donde entra en juego el salario emocional. Una persona debe recibir el salario justo y merecido, pero necesita elementos adicionales que la empresa puede ofrecer y que llegan a ser más importantes que la paga. A continuación vamos a conocerlos un poco mejor, porque además de ser la mejor forma para retener el talento, son indispensables para mejorar el rendimiento, la productividad y la felicidad en el trabajo.
Qué es el salario emocional
El salario emocional es una retribución no económica para un empleado, cuyo fin principal es satisfacer las necesidades del trabajador. Es decir, son beneficios personales, familiares o profesionales enfocados a mejorar la calidad de vida del empleado.
El salario emocional, por tanto, es bueno para el empleado; pero también para el empleador. Las empresas que fomentan estos beneficios por medio de acciones o políticas empresariales tienen un equipo más integrado, más motivado y más productivo. Y lo hacen sin incrementar el gasto de forma exponencial por medio de los salarios, mientras que, generalmente, los interesados perciben en estas acciones unos beneficios más valiosos que una subida de sueldo.
Para qué sirve el salario emocional
A menudo se identifican los beneficios del salario emocional para las personas que lo perciben; pero hay que tener en cuenta que ese valor repercute también de forma positiva en la empresa.
Beneficios del salario emocional para las personas
Si tuviésemos que definirlo en una palabra, sería bienestar. Un empleado que es consciente de que la empresa está preocupada y cuida de sus necesidades personales, es un empleado más motivado. Cuando se reconoce el trabajo de una persona, se reduce su estrés y aumenta su motivación.
Además, existen muchos tipos de acciones que pueden ser consideradas como salario emocional, por lo que incluso podemos llegar a repercutir de forma positiva no sólo en el aspecto profesional del trabajador; sino también en su vida personal. Por ejemplo, los trabajadores motivados son más felices, las jornadas flexibles permiten mejorar la vida familiar y los programas de formación hacen crecer a las personas.
Beneficios del salario emocional para las empresas
De los beneficios anteriores vienen estos. Un trabajador motivado y feliz en su puesto es un trabajador más productivo, más eficiente, más creativo, más confiado ante una situación difícil… En definitiva, una persona que siente el proyecto global como propio.
De este modo, la empresa tiene mayor margen de maniobra para retener el talento y por tanto para reducir la rotación de personal; pero también se beneficia de reducciones del absentismo laboral y de incrementos en la competitividad.
Tipos de salario emocional
Cada empresa, en función de sus características y posibilidades, puede explorar su propio tipo de salario emocional. Pero por lo general, se suele hablar de dos tipos: el enfocado en el desarrollo profesional y el enfocado en el desarrollo personal.
Desarrollo profesional
Son las posibilidades que ofrece la empresa para la mejora de la vida profesional que permiten una motivación extra. Entre los ejemplos de salario emocional más comunes de este tipo, tenemos el plan de carrera. Un plan de carrera no sólo ofrece posibilidades de crecimiento dentro de la empresa, sino que también incluye formación y capacitación, acceso a material didáctico o asistencia a eventos.
También es importante cuidar el ambiente de trabajo, desarrollando una cultura de empresa inclusiva, valores sólidos, mecanismos para participar en la toma de decisiones y facilidades para el intraemprendimiento. Todas estas políticas corporativas contribuyen a crear un entorno en el que quiere estar el mejor talento, que, a su vez, atrae al nuevo.
En ciertos sectores, además, es fundamental prestar atención a la calidad del equipo de trabajo y maquinaria, el reconocimiento a la labor realizada o incluso el mobiliario y la decoración.
Desarrollo personal
El desarrollo personal no se puede desligar de la actividad profesional de una persona. Por tanto, la empresa debe tenerlo en cuenta y ponerlo en valor. Este tipo de salario emocional se refiere principalmente a la conciliación entre vida laboral y familiar. Por ejemplo, horario flexible, teletrabajo, facilidad para asistir a familiares, servicio de guardería, etc.
En este ámbito también se enclavan las políticas de bienestar de la empresa, que pueden ser muy variadas: limpieza e higiene, ambiente saludable, planes de seguros, áreas de descanso, acciones de voluntariado, facilidades para hacer ejercicio, mobiliario ergonómico, productos saludables en la cafetería, prevención de riesgos…
El talento es el mejor valor de futuro para una empresa y el dinero no lo es todo. El salario emocional fideliza al equipo y atrae a los mejores profesionales: dos valores fundamentales para la competitividad en los tiempos que corren.