La Responsabilidad Social Corporativa, hoy

La Responsabilidad Social Corporativa, hoy
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La Responsabilidad Social Corporativa (RSC), después de atravesar una época complicada debido a la crisis económica, vuelve a estar en auge. La salud de la Responsabilidad Social hoy, afortunadamente, no tiene nada que ver con la de hace unos años y hoy en día, vuelve a ser una parte esencial de la estrategia corporativa.

Las empresas y sus respectivas actividades tienen un impacto en su entorno, que se produce a diferentes niveles, como el económico. Ese impacto puede ser, por supuesto, tanto negativo como positivo. Por eso es importante medirlo. Por poner un ejemplo sencillo, una empresa puede generar empleo pero a la vez contaminar.

La RSC se encarga de buscar la mejor forma de maximizar los impactos positivos y minimizar los negativos, de modo que la aportación de una empresa a sus grupos de interés, la sociedad y el entorno sea cada vez mayor.

 

El presente de la RSC

La empresa, como reflejo y parte de la sociedad, tiene intereses más allá de los económicos. La sociedad o el medio ambiente son esenciales en la vida de una empresa, y estas no sólo se preocupan por estas cuestiones, sino que se ven influidas por ellas. Las políticas de RSC son acciones sobre estas materias que están centradas en el medio o largo plazo; cuando el impacto positivo generado es mayor y además, revierte en la propia empresa, haciéndola avanzar y mejorar.

Ante los retos que se presentan tanto a nivel social, como económico y medioambiental; las empresas pueden adoptar dos posturas. En palabras de Alejandro Martínez, Director de Salud y Sostenibilidad de Eroski, la “cosmética” o la “auténtica”. La primera la adoptan empresas que quieren quedar bien mientras que la segunda, es para organizaciones concienciadas que creen en la utilidad de la Responsabilidad Social Corporativa.

 

Por qué las empresas están incorporando la RSC

Las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de medir esas aportaciones que realizan a la sociedad y de incrementarlas. Y lo hacen, por un lado convencidas de que es beneficioso para el negocio (y no solo a nivel de comunicación); pero también, por conciencia social.

La preocupación por el medio ambiente es un imperativo que todas las empresas debemos tener en cuenta, puesto que si no se tiene en cuenta, no habrá un futuro razonable (o quizá no lo haya). El futuro tiene que ser sostenible o no será; por ello es imprescindible que todos aportemos a esta cuestión, incluidas las empresas.

El impacto social, la otra gran pata de la RSC, también debe estar reflejado en la estrategia empresarial de cada organización. Y de nuevo, por convicción; pero también por necesidad. En un entorno digital, como el que vivimos con el auge de las redes sociales, los consumidores ya no compran un producto porque sea bueno exclusivamente. Las prácticas empresariales detrás del producto o servicio importan cada vez más, sobre todo a los consumidores más jóvenes.

 

La estrategia y la RSC

La RSC supone incorporar en la estrategia y en el día a día de las empresas una mirada diferente a todo lo que las rodea. La Dirección General debe estar comprometida con la RSC, tanto en el Plan Estratégico como en los Planes Anuales de Gestión y en todas las directrices que se desarrollen. Y hay que medir, hay que establecer indicadores que muestren si se están haciendo bien las cosas o se pueden mejorar.

Para Cecilia Martínez, RSU de la Universidad de Deusto, la responsabilidad social y medioambiental es clave para todas las empresas del mundo, teniendo en cuenta que nos enfrentamos a retos tan relevantes como la pervivencia del propio planeta y la tendencia a una creciente desigualdad, entre otras. Según la experta, sólo vamos a poder afrontarlos si todos nos ponemos en “modo responsable” y somos conscientes de la importancia de estas cuestiones.

 

El futuro nos presenta varios retos que entre todos tenemos que encarar. Y las empresas, como parte fundamental de la sociedad, saben que no se pueden quedar al margen.