La Regla 80-20 en tu empresa

La Regla 80-20 en tu empresa
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La Regla del 80-20 es un fenómeno estadístico por el que, en muchas ocasiones, el 80% de las consecuencias proviene del 20% de las causas. El primero en apreciar esta regla fue Vilfredo Pareto, un distinguido pensador francés en cuyo honor este fenómeno también se conoce como Ley de Pareto.

Este principio es de gran utilidad para que nos centremos en lo realmente importante ya que establece que los mayores beneficios se pueden obtener con menores esfuerzos si optimizamos los recursos.

 

Qué es la Regla 80-20

El Principio de Pareto surge de la comprobación de que el 20% de la población se repartía el 80% de las tierras en Italia, mientras que el 20% restante era propiedad del 80% de la población. A partir de ahí, los estudios sobre la Regla 80-20 se llevaron a otras cuestiones como la política (en términos de distribución de poder) o la economía (en relación a ingresos y riqueza), estableciendo una “ley” que se cumple en múltiples aspectos de la vida.

Posteriormente Joseph Juran siguió con los estudios comenzados por Pareto, hallando esta curiosa relación en otras áreas fuera de las puramente económicas. No se trata de una cifra exacta, ya que los porcentajes pueden variar; pero la descripción de este fenómeno donde una minoría contribuye en un mayor grado en una determinada cuestión, es muy frecuente en diversas actividades e, incluso, en la naturaleza.

Para qué sirve la Regla 80-20

Como se ha comentado anteriormente, es un principio útil para centrarse en lo realmente importante y tiene diversas aplicaciones, también en el mundo de la empresa. Así, a grandes rasgos, es importante analizar qué acciones, materiales o población tiene mayor peso en un determinado resultado; de modo que se pueda generar mayor valor con una mejor optimización de recursos.

En un almacén, en torno al 80% de movimientos se realizan con alrededor del 20% de productos, por lo que una buena gestión de estos mejorará la logística de la empresa. En calidad, el 80% de los procesos, habitualmente se ven afectados por el 20% de los fallos; así que resulta relativamente sencillo identificar los problemas realmente graves. En seguridad, el 20% de medidas reducen el 80% de riesgos, de modo que se pueden evitar la mayoría de brechas con unos pocos controles. En ventas, unos pocos clientes realizar el 80% de las ventas, por tanto destinar más tiempo, recursos y acciones a estos, asegura unos buenos resultados a la organización. También es aplicable al ámbito de la compras, donde el 80% de los gastos se destina al 20% de los proveedores… y a otros muchos procesos empresariales.

A nivel personal, la conocida como “ley de los pocos vitales”, también ofrece múltiples beneficios a la hora de, por ejemplo, delegar el grueso de las tareas que producen menos beneficios o para mejorar la administración del tiempo dedicando más a lo más importante.

 

Gracias a la Regla 80-20 podemos identificar el 20% de un factor que produzca el 80% que se quiere controlar o mejorar, explorando las acciones que nos permitan realizar un mayor esfuerzo para obtener un mejor resultado. ¿Lo estás aplicando ya a tus procesos de gestión empresarial?