Buenas prácticas en sostenibilidad para pymes
La mayoría de organizaciones se identifican como pequeñas y medianas empresas, por lo que es importante que este tipo de compañías se involucren en la causa común de la protección del medio ambiente. La sostenibilidad para pymes y autónomos no es una materia desconocida, pero es cierto que son las grandes empresas las que parecen otorgarle una mayor importancia y, en consecuencia, poner en práctica medidas para ser más sostenibles.
Esto es así porque, tradicionalmente, se ha considerado que las medidas para preservar el medio ambiente requerían de unos recursos que, a menudo, no cuentan las empresas de menor tamaño. Pero, como veremos a continuación en esta breve guía de buenas prácticas en sostenibilidad para pymes, nada más lejos de la realidad.
1) Reducción del consumo energético
Se trata de una de las medidas más eficaces, tanto desde el punto de vista de ahorro de costes como desde la visión del cuidado del medio ambiente. Esta medida para mejorar la sostenibilidad para pymes es un objetivo más realista para este tipo de negocios que para grandes corporaciones, especialmente en oficinas.
Se puede alcanzar con iluminación más eficiente, reducir la potencia contratada con el proveedor energético, contratando servicios de limpieza ECO Friendly, moderando la temperatura de la climatización, aislando térmicamente los espacios de trabajo o implantando la obligatoriedad de apagar los aparatos electrónicos al abandonar el puesto de trabajo; entre otras medidas sencillas con beneficios palpables.
2) Gestión responsable de residuos
Repensar el tratamiento de residuos es una de las formas más sencillas de mejorar la sostenibilidad para pymes. Para aprovechar su máximo potencial, es preciso promover la responsabilidad individual y al mismo tiempo, tomar medidas corporativas.
La regla de las 3r nos puede ayudar a alcanzar el objetivo y podemos poner algunas medidas en práctica para reducir, reutilizar y reciclar: sustitución productos de escritorio desechables, empleo de programas de digitalización de documentos, promoción de la separación de residuos, contratación de proveedores que gestionen adecuadamente cada residuo, etc.
3) Ahorro de agua
Cuando se ponen en práctica medidas de mejora de la sostenibilidad para pymes, el consumo de agua es uno de los grandes olvidados, pero conviene tenerlo presente al ser un reto global de creciente importancia. Como ocurre con el ahorro energético, sus beneficios impactan de forma positiva tanto en el medio ambiente como en la cuenta de gastos de la empresa.
La optimización de la fontanería y el equipamiento relacionado, la confianza en proveedores concienciados con el ahorro de agua, la promoción de normas básicas para la colaboración de los empleados, la instalación de sensores de control en los grifos o ajustar la presión del agua, pueden darnos muchas alegrías a final de año.
4) Colaboración con el entorno
La relación de una pyme con el municipio en el que se encuentra es, habitualmente, muy estrecha. Esto no solo se puede aprovechar para el beneficio mutuo, sino que se puede utilizar para mejorar el cuidado del medio ambiente.
Empezando por una buena comunicación de propuestas sociales y de medidas tomadas por la empresa para mejorar el entorno, se pueden establecer colaboraciones con entidades y grupos con el objetivo de sumar fuerzas y promover acciones de alto impacto.
5) Contratos ECO Friendly
La colaboración con proveedores preocupados y ocupados en la mejora del entorno resulta fundamental, como se ha visto en varios ejemplos de esta pequeña guía de buenas prácticas en sostenibilidad para pymes. La responsabilidad compartida permite acompañar en el reto, unir desde la visión, motivar para alcanzar resultados y aumentar la mejora medioambiental.
La colaboración con un proveedor ECO Friendly permite adoptar un compromiso 360º e incrementar el impacto positivo, promoviendo buenas prácticas en sostenibilidad dentro y fuera de la organización.
6) Movilidad sostenible
El transporte es uno de los procesos de mayor impacto y, a su vez, uno de los grandes aspectos a mejorar desde las empresas en todo tipo de sectores. Las flotas de vehículos de empresa deben transformarse paulatinamente en flotas de vehículos verdes, pero hasta alcanzar ese objetivo (para el que existen algunas ayudas públicas), no todo son automóviles.
Las pymes tienen una amplia capacidad para influir en la forma en la que los empleados acuden a su puesto de trabajo (promoción de la bicicleta, vehículo compartido o transporte público), así como para optimizar rutas de transporte de mercancías; y por supuesto, posibilidades de colaboración con proveedores involucrados en la movilidad sostenible.
7) Concienciación
Se trata de la base para alcanzar los objetivos sostenibles. Pero apelar a la responsabilidad individual, además de básico, no es suficiente: la empresa debe liderar con el ejemplo y comunicar de forma efectiva las razones, las medidas y los logros.
Esta concienciación no debe limitarse solo al ámbito empresarial, sino que ha tiene que ir más allá como herramienta para un cambio real y, al mismo tiempo, una forma de reforzar los vínculos con los empleados.
8) Economía circular
En el contexto actual, las empresas que quieran liderar los cambios (independientemente de su tamaño), deben apostar por la innovación y la mejora continua. Hay diferentes maneras de abordarlo, pero las condiciones de una pyme son ideales para explorar nuevos modelos de negocio basados en la economía circular.
Rediseñar los procesos para hacerlos más eficientes y sostenibles, explorar la creación de nuevos productos y servicios, incluir el reciclaje o la reutilización en la cadena de suministro, promover la reparación por encima de la sustitución, impulsar la servitización, etc. son medidas que pueden impulsar la competitividad de una compañía.
La concienciación y el compromiso con el medio ambiente están presentes en el día a día de las pymes. Quizá sin grandes planes de acción o con una comunicación más modesta, pero con un impacto realmente importante en el entorno. Tanto las pymes como los autónomos pueden realizar acciones de gran importancia que contribuyan a la responsabilidad medioambiental y, así, poner ese importante granito de arena para un futuro más sostenible. Identifica las posibilidades y coopera para que todo el equipo interiorice las mejoras.