Diversidad: beneficios y como abordarla en la organización
La diversidad en la empresa es un claro impulso al éxito. En un mundo cada vez más conectado y globalizado, la diversidad se ha convertido en un aspecto fundamental en todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo el entorno empresarial. Pero la diversidad en la empresa no es solo contar con empleados diversos en cuanto a orígenes o condiciones personales, sino también es valorar la variedad de perspectivas, habilidades, experiencias y características que cada individuo aporta.
Tipos de diversidad
Antes de nada, es importante tener en cuenta que apostar por la diversidad en una empresa es hacerlo de una forma global. Es decir, para todos los perfiles y todos los tipos de diversidad. Una empresa no puede ser considerada diversa si solo abraza las diferencias generacionales, o si solo lo hace para un tipo muy concreto de puestos laborales (sin ninguna percepción racional o característica exclusiva que lo avale). La diversidad abarca muchos aspectos, algunos de los cuales son:
Diversidad étnica y cultural
Incluye a empleados de diferentes orígenes étnicos, raciales, nacionales, sociales o culturales. Este tipo de diversidad promueve la apreciación y el respeto por las distintas tradiciones, costumbres y perspectivas del mundo.
En nuestro entorno social la variedad de culturas es creciente, aunque aún existen algunos orígenes predominantes. Por eso, este tipo de diversidad puede ser difícil de abordar con culturas y orígenes aún más minoritarios, dada la gran cantidad de pueblos, nacionalidades, grupos étnicos, países, regiones, lenguas y tradiciones que hay en el mundo.
La norma básica es no discriminar por ningún tipo de costumbre, tradición, comida, rasgos físicos, etc. de cada una de las personas que puedan formar parte de la empresa, siempre que no entren en conflicto con los derechos humanos. Y es importante tener en cuenta que la diversidad cultural no siempre coincide con la étnica, y la empresa debe contribuir a preservar la autoestima y la identidad de los empleados, valorando sus lenguas y culturas, e incluyendo los distintos valores, conocimientos y otras expresiones culturales en el funcionamiento interno de la organización (por ejemplo, la posibilidad de elegir los días de vacaciones según el credo).
Diversidad sexual y de género
Requiere una representación equitativa de sexos, orientaciones sexuales e identidades de género en todos los niveles jerárquicos de la empresa. Esta diversidad trae consigo diferentes pensamientos y la oportunidad de desafiar los estereotipos arraigados en la sociedad.
Para abrazar esta diversidad en la empresa se requieren cambios profundos que necesitan recursos y divulgación para modificar ciertas convenciones sociales. La identidad de género es una vivencia interna e individual, que puede coincidir o no con el género socialmente atribuido en función al sexto de nacimiento. La expresión de género, por su parte, es cómo las personas muestra su género al mundo, por ejemplo a través del nombre, la forma de vestir, el comportamiento, etc.
Este tipo de diversidad también comprende el sexo biológico (determinado por características biológicas) y la orientación sexual, emocional o romántica, cuya inclusión está más ligada a la educación, la tolerancia y la empatía.
Diversidad generacional
Implica contar con personas de diferentes generaciones, como Baby Boomers, Generación X, Millennials o Generación Z. Cada generación aporta conocimientos, habilidades y experiencias únicas, así como una visión del mundo que enriquece la toma de decisiones y la creatividad en la empresa.
La diversidad generacional, como las demás, es una realidad y una oportunidad, ya que se relaciona con la innovación y la propuesta de nuevas ideas y planteamientos. Las empresas tienen una oportunidad de incluirla como parte de su cultura y como motivación en sus dinámicas laborales; de hecho, ha demostrado ser una efectiva técnica de atracción y retención del talento.
Frecuentemente, los trabajadores mayores cuentan con una gran experiencia y conocimiento, mientras que los trabajadores más jóvenes suelen tener habilidades tecnológicas avanzadas y nuevas ideas. No resulta lógico, por tanto, discriminar en los procesos de selección o en las actividades diarias de la compañía; por lo que puede ser valioso ofrecer distintas modalidades de relación con la empresa – en la medida que los diferentes puestos lo permitan – según las necesidades de cada colectivo o individuo (por ejemplo, teletrabajo, trabajo presencial, trabajo híbrido, trabajo asíncrono…).
Diversidad de habilidades y antecedentes educativos
Incluye diversas habilidades, talentos y estudios en los equipos, que puede incorporar diferentes habilidades o visiones del mundo laboral y social en general. La combinación de diferentes conocimientos y competencias puede impulsar la innovación y las soluciones creativas a los desafíos empresariales.
Esto supone un reto para las empresas, ya que debe garantizar, por ejemplo, el acceso a la información, la formación y las actividades empresariales sin condicionantes de la lengua, la distintas habilidades, destrezas o nivel educativo.
Diversidad funcional
La diversidad funcional en la empresa es un tema importante que debe ser considerado en la gestión de la diversidad. La presencia de personas con discapacidades o habilidades diferentes en la empresa es deseable desde un punto de vista ético; pero también es un derecho y puede suponer una oportunidad o incluso una ventaja competitiva en diferentes tareas.
Es importante incluir a estas personas en las organizaciones, proporcionando las adaptaciones necesarias para que puedan desempeñar su trabajo de manera efectiva, por ejemplo con distintas alturas en los puestos de trabajo, accesos para sillas de ruedas o lavabos adaptados.
Beneficios de la diversidad en la empresa
La diversidad es esencial, en primer lugar, porque una empresa no puede vivir de espaldas a la sociedad, que ya es de por sí diversa. Además, las empresas, como parte de la sociedad, deben contribuir a que esa diversidad no interfiera de forma negativa en las relaciones sociales y personales. Por otro lado, la inclusión es un deber moral, puede ser un importante valor para las políticas de Responsabilidad Social Corporativa y, en muchos casos, es una obligación legal.
Pero más allá de eso, la diversidad tiene una serie de beneficios nada desdeñables para cualquier compañía:
- Incrementa la creatividad y la innovación, gracias a perspectivas y experiencias diversas que generan ideas nuevas y originales. La mezcla de habilidades, antecedentes y visiones puede contribuir a alcanzar soluciones innovadoras y una ventaja competitiva en el mercado.
- Mejora de la toma de decisiones como resultado de una evaluación de los problemas desde diferentes ángulos, considerando una gama más amplia de acciones posibles. La presencia de diferentes voces en la toma de decisiones reduce sesgos y aumenta la objetividad.
- Impulsa la adaptabilidad y la flexibilidad, porque las empresas diversas están más acostumbradas y mejor preparadas para enfrentar cambios rápidos o desafíos del entorno. La diversidad fomenta la apertura a nuevas ideas, la capacidad de aprendizaje y la agilidad organizativa.
- Aumenta la satisfacción, la retención y la atracción de empleados, al ayudar a crear un ambiente de trabajo en el que las personas se sienten valoradas, respetadas y motivadas. Esto mejora la satisfacción laboral, la productividad y la retención de talento, lo que a su vez reduce la rotación de personal y los costes asociados con la contratación y capacitación constante.
- Mejora la aproximación al mercado, a los clientes y a los grupos de interés en general, porque dentro de la empresa hay personas diversas que saben cómo relacionarse y tratar con la diversidad. Esto facilita la creación de marcas más globales, el acceso a nuevos mercados y la mejora de la imagen corporativa.
¿Cómo hacer una empresa diversa?
No hay una fórmula mágica porque, en primer lugar, la protección de la diversidad debe ser genuina; y en segundo lugar, las características de cada compañía deben ser tenidas en cuenta para fomentar equipos diversos. Una vez abordadas estas perspectivas, algunos consejos generales son:
- Crear una cultura empresarial que valore y celebre la diversidad. Esto implica promover la igualdad de oportunidades, el respeto mutuo y la inclusión en todos los aspectos de la empresa. La diversidad debe estar arraigada en los valores y principios de la organización.
- Contar con políticas y prácticas formales que promuevan la diversidad en la empresa. Estas políticas pueden incluir iniciativas de contratación equitativa, programas de desarrollo profesional y capacitación en sensibilización cultural y diversidad.
- Implementar estrategias para fomentar la participación y el avance de grupos subrepresentados en la empresa. Esto puede incluir la creación de programas de mentoría, oportunidades de desarrollo específicas y el establecimiento de metas claras de diversidad en la contratación y promoción.
- La formación regular sobre diversidad e inclusión puede ayudar a sensibilizar a los empleados y promover una cultura de respeto y aceptación. Estas sesiones pueden abordar temas como el sesgo inconsciente, la comunicación intercultural y la construcción de equipos diversos.
- Incluir voces diversas en los procesos de toma de decisiones de la empresa, formando equipos multidisciplinares y promoviendo la participación activa de empleados de diferentes niveles y antecedentes en la resolución de problemas y la planificación estratégica.
- Contratar proveedores que apuesten por la diversidad en toda su amplitud o empresas sociales que generen oportunidades laborales adaptadas a personas con discapacidad.
La diversidad en la empresa no es solo una cuestión de equidad y justicia, sino también una fuente de fortaleza y ventaja competitiva. Al fomentar la diversidad en todas sus formas, tu empresa puede verse impulsada gracias a trabajadores capaces de alcanzar su máximo potencial.