La limpieza de fin de obra no debe ser un calvario

La limpieza de fin de obra no debe ser un calvario
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La limpieza de fin de obra es, quizá, una de las limpiezas que más estrés puede generar. Y es que la sensación de tanto trabajo por delante y la cantidad de suciedad que se acumula después de una obra o reforma, puede llegar a ser abrumadora. Pero sabiendo a qué nos enfrentamos y cómo debemos hacerlo, el trabajo se reduce y el resultado mejora. Para que esto ocurra, debemos realizar una planificación que permita que los perjuicios no sean tantos a la hora de limpiar el grueso de la suciedad.

 

Prevención de la suciedad antes de una obra

La limpieza tras una obra empieza antes de la propia obra. Porque es importante retirar los elementos más frágiles y cubrir todo lo demás de la forma adecuada.

Debemos tener en cuenta el tipo de obra a realizar, ya que no es necesario un gran esfuerzo para una pequeña reforma. Pero en caso de ser una obra de cierta magnitud, podemos retirar algunos elementos del entorno que puedan ser más difíciles de limpiar, como por ejemplo los pomos de las puertas.

También podemos cubrir partes especialmente sensibles que no se pueden retirar, como los cristales de las ventanas. Con una buena protección, la limpieza posterior será mucho más llevadera y eficiente.

 

Limpieza durante la obra

A lo largo del período en el que la obra esté activa, también podemos ayudar a que la limpieza final sea menos costosa. Los trabajadores de la obra suelen ser cuidadosos para no ensuciar más de la cuenta, pero debemos ser conscientes de que su trabajo es finalizar la reforma con éxito, no que quede todo impoluto. Por ello, lo recomendable es hacer un pequeño repaso cuando termina la jornada.

La limpieza tras la jornada laboral de los obreros es muy poco agradecida. Al fin y al cabo, es un trabajo que desaparece al día siguiente, cuando continúa el desorden y la suciedad. Pero en casos concretos en los que la cantidad de residuos es muy elevada y la obra o la maquinaria que se ha dejado en el lugar no comportan ningún peligro, es una opción que debemos plantear. Quitando esa parte de suciedad y desperdicios que se puede acumular, podemos estar reduciendo el trabajo posterior y, además, evitamos que la suciedad se propague o problemas más graves como las plagas.

 

Limpieza de fin de obra o reforma

El momento de la verdad, y de la cruda realidad. El primer vistazo a una obra terminada es ilusionante por el resultado; pero la cantidad de suciedad y el desorden pueden ser importantes. Debemos comenzar la limpieza poco a poco, sin detenerse a pensar en todo lo que hay que hacer. Y también hay que tener en cuenta que es posible que se necesite realizar una segunda limpieza más exhaustiva tras haber retirado lo más evidente o urgente.

 

El truco de limpieza de fin de obra definitivo

La limpieza de fin de obra, como se ha comentado al inicio, es especialmente complicada. Por este motivo, también es especialmente recomendable contar con un servicio de limpieza profesional especializado en este tipo de tareas. No sólo permiten ahorrar tiempo y mucho trabajo. También se obtienen resultados mejores, con el mínimo esfuerzo para el cliente.

Un servicio de limpieza de fin de obra profesional ofrece una serie de garantías que son de muy difícil cumplimiento para un particular:

  • Recogida de residuos generados y tratamiento responsable de los mismos.
  • Retirada del polvo, que es la suciedad más notoria, con maquinaria especializada.
  • Eliminación de manchas con productos adecuados, como restos de pintura, barniz, cemento, etc.
  • Limpieza del techo y las paredes, evitando la propagación de suciedad por el aire hasta lugares insospechados.
  • Limpieza de suelos, con procedimientos, materiales y maquinaria específica para su protección y cuidado.

La limpieza, en general, no tiene trucos de magia. Pero si necesitas un resultado impecable con el mínimo esfuerzo, contacta con nosotros para que, simplemente, puedas disfrutar de un espacio renovado tras una obra o reforma.