Ácaros del polvo: cómo luchar contra ellos
Limpiar el polvo es una actividad ingrata si no se realiza de forma adecuada. La limpieza tradicional se ha basado siempre en la eliminación de las partículas de polvo de una superficie; sin importar que éstas se depositen en otra cercana o que aparezcan otros restos en ese mismo lugar pasado unos minutos. Pero lograr un buen trabajo en este sentido es más importante de lo que parece para eliminar de forma eficaz los ácaros del polvo.
La rutina contra los ácaros del polvo
Las tareas que afrontamos de forma rutinaria, por la fuerza del hábito y con el paso del tiempo, es común que se conviertan en algo tedioso; en una obligación que, por repetición, termina siendo un incordio. La limpieza del polvo es un claro ejemplo, pero conviene tener en cuenta que una mala práctica en este proceso de limpieza, además de un perjuicio estético, puede llegar a ocasionar enfermedades respiratorias o alergias.
Los ácaros del polvo son un tipo de arácnido cuyo tamaño no es perceptible a simple vista, emparentados con los ácaros de la sarna o las garrapatas. Como su propio nombre indica, uno de sus hábitats preferidos es el polvo que se genera tanto en el hogar como en el lugar de trabajo. Por ello, se encuentran cómodos entre alfombras, moquetas, peluches, sofás o colchones.
Su crecimiento se desarrolla de forma óptima en condiciones de humedad relativa entre el 70% y el 80%, a una temperatura entre los 20º y los 30º. Al alimentarse principalmente de escamas de piel humana y animal, su presencia puede ser mayor en lugares con una alta afluencia de personas.
Los principales riesgos para la salud que generan estos organismos, es la incidencia en personas asmáticas y la alergia al polvo; que generalmente se trata de alergia a los ácaros o a sus partículas fecales (que pueden seguir produciendo alergia incluso una vez el ácaro ha desaparecido).
Cómo luchar contra los ácaros
Contrariamente a la creencia popular, las medidas habituales de limpieza, como el uso de aspiradores no profesionales (que no los elimina, los dispersa), no garantiza la eliminación de los ácaros. En los últimos años, de hecho, se aprecia una mayor presencia de ácaros del polvo en los entornos cerrados a pesar de las mejoras en la higiene, a lo que ha contribuido sin duda la expansión del uso de calefacciones centrales y humidificadores.
En casos donde exista una persona alérgica o asmática, se deben tomar medidas más drásticas como supeditar la decoración del espacio a este hecho, utilizar acaricidas o incluso retirar las alfombras y cortinas. Pero por lo general, podemos tener un control estricto de los ácaros siguiendo los siguientes consejos:
- Limpiar el polvo con bayetas de microfibra profesional.
- Evitar disponer de muchos objetos pequeños en mesas y estanterías.
- Colocar la ropa en armarios cerrados.
- Ventilar el lugar de forma diaria, a poder ser, con una alta exposición a la luz natural.
- Pasar el aspirador con filtros de alta captación de forma habitual.
Cómo limpiar el polvo para eliminar los ácaros
En primer lugar, es necesario realizar una higienización periódica. En oficinas y lugares donde suele haber gente constantemente o se concentran un gran número de personas, es imprescindible contar con un servicio de limpieza profesional, ya que se deben limpiar todos los rincones con mucha frecuencia y de una forma adecuada.
También hay que tener en cuenta que limpiar el polvo es distinto a esparcirlo. Se deben emplear bayetas especializadas, que permitan atrapar las partículas de polvo sin enviarlas a otras superficies de la habitación. Es recomendable que la bayeta esté húmeda, pero es igualmente importante tener en cuenta el proceso de secado posterior.
Los ácaros están ahí aunque no los veamos; así que si te puede la rutina de la limpieza, ¡consúltanos sin compromiso!